El ajo goza de una reconocida fama como alimento saludable siendo una excelente alternativa natural al uso de fármacos gracias a la presencia de componentes antioxidantes ricos en azufre, como la aliína.
Esta sustancia, que en realidad no huele, en contacto con el oxígeno del aire, se convierte en alicina, responsable de su característico y penetrante olor. A su vez la alicina se transforma en otros compuestos azufrados con interesantes propiedades terapéuticas.
Son innumerables las propiedades terapéuticas que se la han atribuido a través de los siglos, destacando las siguientes:
Es el mejor antiséptico, antibiótico y antimicótico natural que existe. Por ello es un excelente aliado contra las infecciones.
Es un excelente depurativo, ayuda a eliminar toxinas del organismo y contribuye a la formación y regeneración de la flora intestinal.
Mejora la circulación de la sangre debido a su poder anticoagulante.
Baja la fiebre.
Reduce el nivel de grasas en la sangre, disminuye los niveles del colesterol "malo" (colesterol LDL) y protege el corazón y las arterias.
Refuerza las defensas del organismo.
Normaliza los niveles elevados de tensión arterial, por lo que debe estar presente en la dieta de hipertensos. Contra la aterosclerosis o la hipertensión se recomienda aumentar la dosis a tres dientes diarios. Una buena alternativa para evitar el olor a ajo, es recurrir a las cápsulas o extractos en los que se presenta comercializado.
Es muy útil en el tratamiento de infecciones estomacales.
Es expectorante, por lo que resulta muy útil en afecciones respiratorias como asma, bronquitis aguda o crónica.
Es antioxidante.
Normaliza los niveles elevados de glucosa en sangre.
Ayuda a regular la función tiroidea al ser rico en iodo, siendo especialmente útil en los casos de hipotiroidismo.
Posee importantes efectos anticancerígenos.
Ayuda a prevenir los efectos debilitantes del envejecimiento, así como cardiopatías y otros trastornos asociados a la edad avanzada. Un ajo al día aumenta la vida: Ingiriendo un diente de ajo crudo al día, aumenta la longevidad.
Por su poder virucida, es un eficaz antiverrugas.
Saber más sobre el ajo
El mal aliento se puede evitar. Aunque su fuerte olor puede resultar desagradable, sus múltiples propiedades curativas y preventivas justifican los efectos antisociales. Para evitar el típico mal aliento o posibles ardores se aconseja retirar el germen del ajo que es el lugar donde se concentra su olor característico y que suele resultar indigesto.
Para combatir el mal aliento, aunque no existe un remedio infalible, se recomienda masticar durante un rato hojas de perejil o de menta.
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